A la mañana siguiente abrió la puerta del armario y lo encontró apoyado en la pared, con las muñecas retorcidas para poder aproximarse a la pared y ambos bloques en el suelo.
- Perdóneme mi ama, por favor. Han debido de caerse cuando me quedé dormido.
- Le aseguro de que han estado sobre mi espalda un buen rato. Aun con trapo y todo me escuece. Perdóneme mi ama, por favor.
- Por supuesto que si, además te hace falta un día de descanso. - Dijo mientras le quitaba las esposas y el collar, dejándolas unidas a la cadena.
- Ves tu cuarto de esta noche, ¿verdad?.
- Si mi ama, pero, no entiendo muy bien porque lo dice.
- Te lo digo porque ahí es donde descansarás el resto de la semana, a menos que quede realmente satisfecha de como te comportes hoy. ¿Quedó claro?.
- Si, mi ama, como diga.
- Vamos a divertirnos un rato antes del desayuno, te vendrá muy bien. Acompáñame.
- Si mi ama, como desee.
Atravesaron el largo pasillo que unía la cocina con el salón y de pronto para su sorpresa le condujo al dormitorio.
Oh, vaya pedazo de cama, es enorme, con tantos cojines, almohadas..
Quién la pillara, seguro que si me permitiese tumbarme dormiría mas de 10 horas seguidas. Pero no.. Seguro que lo que me tiene preparado no es una siesta reparadora.
Cruzaron la puerta y entraron en un cuarto de baño, con una preciosa bañera de hidromasaje situada en el centro de la estancia.
- Venga.. ¿A que esperas?. Entra en la bañera y túmbate relajado.. - Dijo mientras le ataba una brida a cada muñeca y tobillo dejándolas con una holgura de un par de centímetros.
Tiene gracia que diga que me relaje en una bañera, y mas si el baño relajante comienza atandome unas bridas. O mucho me equivoco o me espera un largo baño..
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