Un poco de música..

martes, diciembre 29, 2009

LA CASONA - EN TENSIÓN



- Por supuesto que lo beberás. - Dijo mientras le volvia a poner el embudo en la boca.
- Mi ama, por favor. Me beberé cuanto guste, pero.. por favor, ¿me permitiría beber sin el embudo?.
- No, nada de eso, no puedo consentir que bebas sin comodidad. ¿Que te enseñaría si lo hiciese?.
- Tiene razón, gracias mi ama, tengo que aprender a comportarme como debo.

La botella estaba casi vacia, el la miró aliviado, creyendo que una vez terminada no tendría que beber nada más.
Pero se equivocaba..

- No te preocupes, aún hay otra botella para tí. ¿No creerías que después de haberte negado a beber, me iba a conformar tan solo con una botella, verdad?.
- Pero mi ama.. ya he bebido mucho. ¿Podría terminarme la botella más tarde o no beber más?. Por favor, mi ama.
- Se ve que hoy no recuerdas cual es tu lugar.
- Lo siento mucho, mi ama. No pretendía contrariarla, disculpeme, por favor.
- No te preocupes, no tengo el menor problema en recordatelo.

Cogió una cadenita y le ato los huevos a conciencia, adquirieron el clásico color morado palido; después colgó la cadenita de una polea y enganchó un peso.

- ¿Con mas ganas de seguir bebiendo?. - Dijo mientras le sonreía.
- Si, mi ama. Como desee.
- Pero antes, habrá que ponerte un poco mas cómodo.
- Como mi ama diga.
- Por supuesto. Te hacen falta unas pinzas.

Una a una, le fue colocando las pinzas, primero en el muslo derecho, hasta que ya no quedaba prácticamente un solo centimetro de su muslo sin pinzas. Y luego su muslo izquierdo corrió igual suerte.

Luego, cogió un fino hilo de nylon y unió cuidadosamente cada pinza, y en el extremo situó un peso, que traccionaba las pinzas, de forma que el menor movimiento brusco se las arrancaría una a una con fuerza.

- Mucho mejor, ahora si estás un poco cómodo, y si sabes lo que te conviene tratarás de moverte lo menos posible. - Dijo mientras exhibía una amplia sonrisa.
- Si mi ama, lo intentaré.

Tras no pocos esfuerzos logró terminarse las dos botellas.
- Ahora lo más sencillo, descansa un ratito, volveré pronto. - Dijo mientras le guiñaba un ojo, y se iba cerrando la puerta a su espalda.

martes, diciembre 22, 2009

LA CASONA - NOCHE FRÍA



Se revolvió inquieto mientras le metía el tubo en la boca, intentando evitarlo.

De pronto sintió varios latigazos a cual más fuerte, y supo que la había enfadado. Le dió un fuerte tirón de la cadenita de su cuello y tiró de él.

De nuevo estamos atravesando mil puertas y pasillos, pero..
¿Porque tiene tanta prisa?. Sé que he debido de hacerla enfadar, pero..
¿Es que acaso si llegamos cinco minutos después cambiará algo?.

Seguro que me lleva de vuelta a mi celda, porque de haberme querido llevar a la cocina, no hubiesemos tardado prácticamente nada, ya que es la habitación contigua.

Pero no.. Estoy seguro de que tiene otros planes.. no sé cuales serán, pero estoy un poco preocupado.
Este suelo tan aspero.. me recuerda al día que llegué.

Sí, vamos hacia la puerta, estoy seguro. Ya noto el frío, mira que hace frío, me voy a quedar tieso.

Las esposas de sus tobillos tintinearon contra los escalones de piedra, la seguía casi sin aliento y tiritando de frío. A cada tirón le dejaba casi sin repiración iba tan deprisa que tenía que hacer verdaderos esfuerzos para intentar no caerse.

Ahora mismo preferiría que me azotase con fuerza, antes que el castigo que me haya preparado.
Tras abrir la puerta le hizo entrar y tumbarse en el frío suelo.

Cogió su muñeca derecha y la esposó a una argolla del suelo, después esposó su tobillo izquierdo muy tirante a otra argolla, apenas si podía moverse, e intentaba arquear el cuerpo intentando en vano reducir la tensión.

Pero naturalmente, no iba a dejarle una muñeca libre, fué esposado de pies y manos, con la mayor tracción posible, sin permitirle el menor movimiento.

Pero no era suficiente, unió su collar a sendas argollas que tiraban de el en dos direcciones contrarias, de forma que le fuese imposible girar el cuello.

Entonces para su sorpresa, se sentó sobre él a horcajadas, le metió el tubo muchisimo más fuerte que antes, enganchó el embudo y le empezó a dar de beber.

No tenía mas opción que beber, no tenía forma alguna de oponerse, ni de intentar comunicarse.
Le dió la tos, era demasiado líquido y no podía tragarselo tan deprisa. En vista de que seguía tosiendo, le soltó la máscara lo suficiente como para dejar su boca y nariz fuera de ella.

Aprovechó para tomar una gran bocanada de aire, entre tos. La tos se empeñaba en no irse. No podía dejar de toser..

Al rato ya calmado y respirando bien.
- Muchisimas gracias mi ama, de veras que se lo agradezco, me estaba ahogando la máscara. ¿Podría permitirme no beber más?. Por favor mi ama, haré lo que sea, pero no me dé mas de beber.
Por toda respuesta se limitó a quitarle la máscara, y los tapones de los oídos.

- ¿Mejor?.
- Si, mi ama. Muchas gracias por quitarme la máscara.
- Ahora terminarás tu bebida, trata de hacerlo bien y no hagas que me arrepienta de habertela quitado.. ¿Estamos?.
- Si mi ama, no se preocupe. Me beberé cuanto guste.

lunes, diciembre 21, 2009

LA CASONA - UN POCO CÓMODO



Aún temblaba, cuando terminó de ajustarle la máscara, le colocó las esposas en los tobillos y por supuesto, el oprimente collar.

Tras conducirle a su cestita, le obligó a acostarse, y le puso su cadenita en las manos, que le había dejado sueltas para que se pudiese mover mejor.

¿Y ahora como diablos pretende que la obedezca?. ¿Como voy a enterarme de lo que quiere que haga sin poder verla ni oírla?.

No entiendo nada, solo sé que ahora quiere que esté acostado y sin moverme, hasta que se le apetezca divertirse a mi costa, o como a ella le gusta llamarlo: "Ponerme cómodo".

Ahora mismo preferiría estar en el suelo, esta cesta puñetera me obliga a estar encogido, clavandome el mimbre por todas partes y por si eso fuera poco, jadeando por que el collar está tan apretado que no me deja respirar con normalidad..

De pronto, un tirón le sacó de sus pensamientos, salió de su cestita e intentó averiguar donde debía ir.
Siguió la cadenita, pero como estaba ya posada en el suelo, le costó un buen rato encontrar hacia donde debía dirigirse.

No hay forma de encontrarla.. o la cadena es largisíma o juraría que estoy dando vueltas en circulos.. ¿Dónde coño tengo que ir?.

Esto es frustrante, intento cumplir sus ordenes, pero así me es imposible. Nada, no la encuentro. Y como tampoco puedo preguntarle. Lo único que puedo hacer es seguir buscandola.
De pronto se le acercó, le obligó a tumbarse y le asestó 12 fuertes latigazos en sus nalgas.

La máscara dejó escapar varios gemidos, pero lejos de inmutarse, continuo azotandole aún con mas fuerza. Insistiendo en sus muslos, con más brio del que había empleado en sus nalgas.

Después, con un pisotón le indico que no se moviese, aplastando sus muslos contra el suelo.
Perfecto, sí, sencillamente es perfecto.. Ya veo como piensa comunicarse conmigo.

Sin duda una buena forma, en lenguaje universal. Claro, lo que cualquiera entendería. Es un decir, lo entenderá cualquiera que haya tenido alguna sesión con ella y conozca un poco sus costumbres. Sino se quedarán desconcertados, como yo me quedé el primer día.

Tiró de la cadenita de su collar, él se apresuró a levantarse, pero una patada le indicó que debía tumbarse nuevamente.

Le esposó ambas muñecas medio retorcidas al collar, y le hizo tumbarse boca arriba, con lo que se clavaba las esposas en las muñecas.

Y de pronto, para su sorpresa le metió un objeto de plástico largo en su boca.
Ya me extrañaba que la máscara tuviese un ahujero, ya decía yo, que algún motivo debía de haber para ello.

sábado, diciembre 19, 2009

LA CASONA - A TIENTAS




Cuando escuchó el sonido de la llave girando en la cerradura se apresuró a arrodillarse donde estaba y esperó.

- ¿Has comido bien?.
- Si mi ama, muchisimas gracias, mi ama.
- Ven, hoy verás un poco de la casa.
- Si, mi ama, como desee.

Me pide que la acompañe, sin que me ponga ni siquiera las esposas, ni mi collar, ni nada.. Ahora sí que empiezo a estar un poco preocupado. Lo que quiera que pretenda, no parece ser algo que ya haya probado, y si lo es, es la primera vez que se comporta de una forma tan poco habitual.

El la seguía cabizbajo y con las manos a la espalda, caminaba como si fuese esposado, sin atreverse a levantar la vista del suelo ni a dirigirle la palabra.

Tras subir las escaleras, cruzar varias puertas y atravesar varios pasillos llegaron al salón del día anterior.

Allí seguía su collar, la cadenita, su antifaz, y la cestita que le había obligado a usar por espacio de varias horas.

- De rodillas.
- Si mi ama, como desee.
- Escuchame con atención, porque solo te lo repetiré una vez.
- Si mi ama, la escucho.
- Es muy sencillo, tanto que hasta tú podrás entenderlo. Lo único que tienes que hacer es venir cuanto te lo ordene, y para ello daré un pequeño tirón a la cadena de tu collar, o si eres realmente inútil y no sabes cumplir mis ordenes, tal y como espero tendré que encadenar de nuevo tus sucios huevos, y notarás con la suficiente firmeza cuando debes venir. ¿Ha quedado todo claro, o no lo has comprendido?.
- Si mi ama, lo he comprendido, gracias mi ama.
- En tal caso no hay nada más que hablar.
- Si mi ama, como diga.

Le puso unos tapones de goma en los oídos, y se le acercó con una máscara.
Fué verla y echarse a temblar asustado.

Mierda.. con razón decia lo de no repetirmelo.. aunque lo hiciese no podría oírla, ni tampoco verla. Mierda.. otra puñetera máscara.. Y parece peor que la de la última vez.. mierda..

Le colocó la oprimente capucha y comenzó a tirar de las correas para ajustarsela cada vez más.
El temblaba asustado, pero no hizo el menor movimiento, esperó sin saber que le tendría preparado, ni que esperaba que hiciese.

LA CASONA - PARENTESIS



¿Dormir suelto?. Que raro. Me parece rarisímo que de pronto me deje que duerma a mi antojo. Tiene que haber algún truco, o gato encerrado; sin duda, que algo se le ha debido de ocurrir.
No se que pensar.. Me tiene totalmente desconcertado. Es completamente diferente a como me lo imaginé.

De todas formas suelto o no, estoy encerrado en mi habitación y seguro que la webcam está grabando todos mis movimientos. Total que aunque podría levantarme y ponerme a dar paseos por la habitación, o hacer cualquier otra cosa, en realidad no soy libre de hacerlo; puesto que me ha ordenado dormir, y si me descubre haciendo cualquier otra cosa estoy seguro de que lo primero que hará será darme un buen escarmiento.

Las cadenas de los días pasados me daban más libertad que ahora, porque hiciese lo que hiciese, con los movimientos tan reducidos dificilmente podría haber hecho algo que la molestase. Pero así, no sé a que atenerme. Unas horas mas tarde, le sobresaltó el sonido de la puerta al abrirse.

- ¿Has dormido bien?.
- Si mi ama, he dormido muy bien. - mintió

En realidad llevo toda la puñetera noche dando vueltas sin poder pegar ojo, estoy cansadisimo, pero claro, no creo que sea eso lo que desee oír. Total que sí, he dormido de maravilla, como no recuerdo haber dormido en meses..

- ¿Tienes hambre?.
- Si mi ama, pero por favor, si se trata de la comida de ayer y me lo permite, preferiría no tomar nada, por favor mi ama.
- No, no se trata de tu comida de ayer. Puedes tomar lo que se te apetezca, tienes el desayuno sobre la mesa.
- Volveré en una hora, aprovecha para comer y asearte.
- Si mi ama, muchas gracias mi ama, haré lo que me diga.

¿Una hora?. Nunca me ha dejado tanto tiempo, y eso de dejarme comer todo lo que quiera. Ahora si que estoy seguro de que tiene algo preparado, que seguramente no me va a gustar.

Que hambre tengo, esto si que es un desayuno y no la comida de ayer, hacia días que no comía algo tan rico. No sé que elegir..

Lo primero unas galletas, o quizás un sandwich, el zumo.. no sé, me lo comería todo. Sí, mejor como cuanto pueda, a saber que podré comer después o mañana...
A que negarlo. Tengo bastante hambre, y está todo riquisímo, o a mí me sabe buenisímo...

lunes, diciembre 14, 2009

LA CASONA - UNA COMIDA NUTRITIVA



Cuando volvió horas después, lo encontró despierto e inquieto, parecia a punto de derrumbarse. Pero no osó protestar.

- ¿Aún despierto?. Deberías de llevar un buen rato descansando.
- Lo siento mi ama, no sabía que deseaba que me quedase dormido. Aunque en este postura me será complicado lograrlo, pero si lo desea lo intentaré.
- No será necesario. Por hoy ya ha sido suficiente. - Dijo mientras liberaba sus huevos de la pesada carga que soportaban.
- Muchisimas gracias mi ama, lo necesitaba.

Tras soltarle las rodillas y quitarle el peso de los pies, pudo de nuevo tumbarse, mientras le soltaba las muñecas.

- ¿Cansado, verdad?.
- Un poco mi ama, gracias. ¿Que desea que haga ahora?.
- Terminate tu comida, ¿o creías que se me había olvidado?.
- Ahora mismo lo hago, mi ama.

Otra vez esa comida.. Si no fuese por el hambre que tengo preferiría un buen castigo, fuese el que fuese, que tragar semejante porquería.

Pero, después de todo el día sin tomar nada, eso suponiendo que solo haya pasado un día, porque tal y como ruge mi estómago juraría que han pasado dos días por lo menos. Aún con el hambre que tengo esto no hay quién lo coma...

Me conviene terminarmelo no sea que decida que mañana, "esto" vuelva a ser mi comida. Pero.. me está revolviendo el estómago de nuevo, si alguna vez compro un perro no le serviré esta bazofia. Comerá cualquier cosa antes que esto.

Levantó un momento los ojos del cuenco y la miró, ella parecia estar atenta a todos sus movimientos.

No me quita ojo, o quizás lo único que quiere, sea ver si me lo termino. Claro, eso debe de ser. Pretende que me coma hasta el último bocado..

- ¿Quieres repetir o ya no tienes hambre?. - Dijo sonriendole.
- No mi ama, si puede ser prefiero no comer más.
- Ve a darte una buena ducha y luego puedes descansar hasta mañana, hoy lo harás incomodo.
- Si mi ama, como desee. Muchas gracias, mi ama.

LA CASONA - UNA NOCHE LIBRE



- Se me ha olvidado traer algo. Esperame en tu postura y descansa un rato, vendré enseguida. - Dijo mientras se iba y cerraba la puerta a su espalda.
- Si mi ama, eso haré.

Si con todo lo que tiene aquí, aún ha olvidado algo, lo que quiera que sea no será suave. Eso seguro. ¿Que podría necesitar?. Aquí hay de todo.

Y porque coño tarda tanto, preferiría que viniese ya, que traiga lo que sea pero ya, sin esperar más.

La puñetera espera me pone nervioso, se que es una tontería, pero nunca me ha gustado tener que esperar y menos cuando no se que es lo que espero.

Y claro, luego está el detalle de que no tengo forma de comprobar el paso del tiempo, no sé si habrán pasado cinco minutos y es que estoy más nervioso de lo habitual; que podría ser, o que ya haya pasado más de media hora y claro, en ese caso tendría su lógica el hecho de que me esté subiendo por las paredes.

Al rato se abrió la puerta y entró, él la esperaba de rodillas, con los brazos a la espalda y con la cabeza casi tocando el suelo. Le sorprendió ver que no traía nada salvo un movil.
- Habrá que dejar la sesión para otro momento, me ha surgido algo. Pero no te preocupes que antes de irme te pondré un poco cómodo para que descanses.

¿Preocuparme?. Claro que no. ¿Porque iba a estar preocupado?. Como para no estarlo, si me pone un poco cómodo antes de irse a saber por cuanto tiempo.

Y claro, seguro que no será en una postura demasiado agradable para mí, espero estar equivocado pero mucho me temo que pasaré unas horas realmente cómodo y sin la menor posibilidad de movimiento.

Y aún dice que no debo preocuparme. Pues claro que no. De todas formas, no serviría de mucho que me preocupase, asi que para que voy a darle vueltas.
- Si mi ama como desee.
- Ve hacia el caballete y tumbate boca arriba en el suelo.
- Si mi ama, ahora mismo lo hago.

Tras esposarle cada muñeca por separado a las patas del caballete, le encadenó las rodillas a la parte superior, y los pies fueron traccionados por sendas cargas que le obligaban a mantenerlos colgando y soportando todo el peso sin poderlos mover.
- ¿Estás cómodo?.
- Si mi ama, lo estoy.
- No, aún no lo estás lo suficiente, te faltan un par de detalles para estarlo.
- Como mi ama diga.

Colgó un peso mayor que el que soportaban sus pies y lo enganchó a la cadenita de sus huevos, se balanceaba entre sus pies, de forma que no podía alcanzarla. Y le enculó hasta el fondo con el dildo.

- Bueno, por hoy será suficiente, tienes que descansar un poco.
- Si mi ama, como diga.

miércoles, diciembre 09, 2009

LA CASONA - SOLO 10 MINUTOS



No recuerdo haberme dormido, seguro que se olvidó algo y por eso vuelve de nuevo. Vaya nochecita, a este paso no me dejará descansar o lo que coño sea esto ni cinco minutos. ¿Aún pretenderá ponerme más cómodo?. Espero que no, no me encuentro con muchas fuerzas que digamos, estoy agotado..

- Ya has dormido suficiente. ¿No estarás cansado, no?.
- Un poco mi ama, ¿acaso es ya por la mañana?.
- Si, ya es hora de que dejes de gandulear. - Dijo mientras le quitaba las esposas de los tobillos y la cadenita de sus huevos.
- Date la vuelta, con cuidado de que no caiga ni una sola pinza.
- Si mi ama, así lo haré.
- No quiero oír el menor sonido, será mejor que te ponga una buena mordaza, la necesitarás. - Dijo mientras se la ponía.
- Y ahora trata de no moverte o serás severamente castigado.

Le respondió de la unica forma en que podía asintiendo con la cabeza.
- Bueno, vamos a quitar estas pinzas. ¿No pretenderías quedartelas puestas de recuerdo, verdad?. - Dijo mientras le miraba, luciendo una amplia sonrisa.
- Y agradeceme que no te las haya puesto dentadas o lo notarías aún más.

Cogió la cuerda que trenzaba las pinzas y pegó un fuerte tirón, desprendiendo cuatro pinzas a la vez.

La mordaza apenas pudo sofocar el grito y gruesas lagrimas rodaron por sus mejillas.
Pero no se detuvo, en lugar de eso. Dió un tirón aún mas grande, la mordaza dejó escapar un grito que resonó en la habitación.

- Si ya lo decia yo, tendré que renovar las mordazas, se vé que esa no te sirve para casi nada, necesitas una que sea mucho más cómoda para tí.

De un último tirón arrancó de cuajo todas las pinzas que quedaban, el se encogió de dolor, mientras chillaba.
- ¿Creo haberte dicho que no te movieses o acaso no lo escuchaste?.
El bajó la mirada apesadumbrado.

- Te daré diez minutos para que descanses un momento y proseguimos. - Dijo mientras le soltaba las esposas y le quitaba la mordaza.
- Si mi ama, como diga. Muchas gracias mi ama.
- Ve al baño y aprovecha para asearte y descansar un momento.
- Si mi ama, muchas gracias por darme un descanso.

Consumió los diez minutos casi integros en la ducha y se apresuró en volver a su sitio.
No quiero ni pensar en lo que se le ha ocurrido ahora, pero no parece que vaya a ser una sesión tranquila. ¿Diez minutos?.

Que coño pretende que me dé tiempo ha hacer en diez minutos.. Apenas si me cayó el agua de la ducha por encima, y ya tuve que salir corriendo.. Diez puñeteros minutos, ni siquiera media hora. Diez minutos no dan para nada.

lunes, diciembre 07, 2009

LA CASONA - DULCES SUEÑOS




La noche será larga, estoy seguro. No parece estar nada cansada, y seguro que se le ha ocurrido alguna otra forma de ponerme cómodo.

- Pareces cansado, no te preocupes que pronto dormirás mucho más cómodo.
- Si mi ama, como diga.

Lentamente fue colocando pinzas, pinza a pinza deteniendose en cada una y asegurandose de que quedasen bien ajustudas y de que cada una se sostuviese aprisionando la mayor cantidad de piel posible.

Tras disponerlas en una fila descendente por cada muslo, no contenta con ello, se propuso hilarlas entre sí, cual cremallera, cuidadosamente dispuestas y entrelazadas entre si en forma de zig zag, ajustando la cuerda con firmeza y trenzando en ambas direcciones.

- Ahora tumbate con cuidado si se cae una sola pinza lo pagarás.
- Si mi ama, lo intentaré. - Dijo mientras trataba de acostarse con cuidado.
- Date la vuelta.
- Pero.. pero mi ama, me clavaré todas las pinzas. ¿Por favor mi ama, me permite quedarme de lado?. Por favor..
- Boca abajo he dicho, y rápido.
- Si mi ama, ya lo hago, no se preocupe.
- Tienes razón, habrá que mejorar un poco la postura. No podemos consentir que se te caigan las pinzas y te las termines clavando.

Unió la cadenita de sus huevos a la argolla y colgó un par de pesos de ella.
De pronto se sentó sobre sus muslos.
El profirió un grito de dolor.

- ¿No estás cómodo?. - Dijo riendose.
- Si mi ama, lo estoy muchisimo.
- No, lo estás solo un poco. Creo que se me apetece tumbarme un rato.

Un grito ahogado resonó en su garganta mientras mordía la almohada intentando en vano no chillar.

- Ahora si lo estás, pero como no voy a pasarme aquí toda la noche, tendrás que dormir un poco más incomodo.
- Como mi ama diga.
- Falta esposar tus tobillos, no pensarías que los iba a dejar sueltos para que te ladeases en cuanto hubiese salido, ¿Verdad?. - Dijo mientras se los esposaba a los pies de la cama cuidando de que quedasen lo suficientemente tirantes para impedirme realizar ningún movimiento.
- No mi ama, mantendré mi postura hasta que me ordene moverme, se lo aseguro.
- Por supuesto que la mantendrás, ahora a descansar y que tengas felices sueños.
- Si mi ama, muchas gracias mi ama.

Sin molestarse en responderle abandonó la habitación, tan solo oyó el crujido de la puerta al cerrarse y el sonido de la llave al girar en la cerradura.
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