Un poco de música..

domingo, noviembre 29, 2009

LA CASONA - SIESTA AGRADABLE


- Por supuesto que mantendrás tu postura. - Dijo mientras le daba un fuerte latigazo en sus muslos.
- Descansa un rato, te veo algo exhausto.
- Muchas gracias mi ama, lo estoy.
- Tumbate - Dijo mientras le soltaba las muñecas del collar, dejandolas esposadas entre si.
- Si mi ama como desee.

Ella abandonó el salón y le dejó allí tumbado, sabiendo que cuando volviese le encontraría exactamente en la misma postura tal cual le había ordenado.

Cuando volvió el dormitaba en su rincón totalmente ajeno a su presencia.
No juzgó necesario despertarle mientras hacia los últimos preparativos.

El se despertó sobresaltado al notar las bridas ajustandose a sus tobillos primero, a sus rodillas y finalmente a sus muslos.

La miró asustado, sin saber que decir. Solo podía haber una razón para prescindir de las esposas y el sabía demasiado bien cual era.

- Has descansado o aún con sueño?.
- Como mi ama diga, siento haberme quedado dormido.

Tras quitarle el collar le mostró el antifaz, el lo miró con aprensión, pero no osó protestar.

- Ahora me acompañarás y te pondré un poco cómodo.
- No has comido mucho antes, verdad?.
- No mi ama, en realidad no he tenido tiempo, tan solo bebí un poco de zumo cuando usted me llamó.
- Perfecto, entonces no habrá problema.

Que suave es este suelo debe tratarse de moqueta. Por fin un suelo agradable, aunque mucho me temo que no durará. Otra puerta abriendose esto es una casa o un laberinto?.

Al cruzar el umbral intuyó donde se encontraba. El suelo era muy frío y estaba compuesto por pequeñas losetas. Esto solo puede ser el baño, desearía estar en cualquier otro lugar; pero sé que es el baño.

El baño, maldita sea, preferiría cualquier otro castigo.
Entonces le quitó el antifaz.

- Meteté en la bañera y trata de estar tranquilo.
- Si mi ama como diga. - Dijo mientras la miraba con ojos vidriosos, y se metía en la bañera temblando.

martes, noviembre 24, 2009

LA CASONA - ENCADENADO



Llevaba unas horas encerrado en el armario, o quizás había pasado un día, lo desconocía, de lo que estaba totalmente seguro era de que sus brazos estaban agotados, las muñecas doloridas y el resto del cuerpo exhausto por lo forzado de la postura.

La puerta del armario se abrió, parpadeó varias veces para acostumbrarse a la luz, y la miró.
No traé ninguna llave en la mano. Eso significa que.. Significa que no piensa sacarme de aquí, o por lo menos no ahora.

Grandes gotas de sudor frío empaparon su frente, palideció ante la idea de permanecer allí aún mas tiempo.

- ¿Has aprendido la lección o necesitas mas tiempo para saber como debes comportarte?.
- La he aprendido mi ama. Trataré de hacerlo mejor.
- Sé que lo harás, no me cabe la menor duda.
- Te vendrá bien moverte un poco. - Dijo mientras le libraba los tobillos de las cadenas que los aprisionaban.
- Muchas gracias mi ama, necesitaba moverme un poco.
- Ahora te pondré tu collar para que estés un poco más comodo. -Dijo mientras le ajustaba hasta casi dejarle sin respiración el collar, unido por medio de una pesada cadena, a la pared del fondo armario.
- Gracias mi ama, me gusta mi collar.

Al soltarle las muñecas tuvo que hacer un esfuerzo para no caer al suelo, sus piernas amenazaban con no sostenerle.

- Mi ama, por favor, lo necesito de verdad, permitirá que me siente o me arrodille un poco de tiempo en el suelo, estoy un poco mareado, por favor.
- Si puedes sentarte un momento.
- Muchas gracias mi ama.
- Tienes tu comida sobre la mesa, cuando te hayas recuperado lo suficiente puedes salir y comer, cuando te necesite te llamaré. Mientras tanto, deberás permanecer en tu postura, justo donde estás ahora, ¿ha quedado todo claro?.
- Si mi ama, está todo claro, gracias mi ama.

Apenas había empezado a comer, cuando escuchó una campanilla, y se apresuró a ir hacia el salón.
- ¿Que desea mi ama?.
- Ve a tu rincón y mantén tu postura, ni un movimiento, estamos?,
- Si mi ama, ningún movimiento. Pero por favor, ¿podría decir que postura desea?.
- Por supuesto, ponte de rodillas, con las piernas bien juntas, las manos a tu espalda, y la cabeza mirando al suelo, sin moverte.
- Si mi ama, lo intentaré ama.

La postura no es dura, pero.. no sé cuanto tiempo lograré no moverme, tarde o temprano los músculos se cansarán o me dará un tirón, o haré el menor movimiento sin fijarme..
No me gusta nada este castigo, haga lo que haga, es imposible que lo pueda hacer bien. Puedo intentarlo pero tarde o temprano me cansaré y tendré que moverme, es inevitable.

- Te estás moviendo, trata de estarte quieto o tendré que castigarte.
- Lo siento mi ama, no me he dado cuenta, perdoneme por favor.
- Tranquilo, aprenderás a fijarte, lo sé. - Dijo mientras se acercaba a el con el latigo en la mano.
- Pon las muñecas detrás de tu cabeza.
- Si mi ama, ahora mismo lo hago.

miércoles, noviembre 18, 2009

LA CASONA - DE PUNTILLAS


Mantener mi postura, tiene gracia. ¿Quien no querría mantenerla si ello supondría clavarse un montón de púas en las plantas de los pies?.

Claro, como si fuera sencillo estar de puntillas sin poder mover los pies y sosteniendo además de mi peso, el de las cadenas que los aprisionan hasta casi cortarles la circulación.
No se los minutos que llevo, pero sé que mucho mas no aguantaré.

Y seguramente sea eso lo que pretende; por si fuera poco estar encerrado colgando de mis muñecas.
Es lo unico que podría hacer para descansar un poco. Pero si lo hago me clavaré cientos de púas.
Lo único que puedo hacer es tratar de aguantar.

El problema es que.. ya no puedo mas.. Definitivamente, solo me queda una opción.
Apoyar los talones y confiar en que no resulte tan doloroso como parece.
Nunca me había puesto tantísimas púas.
De pronto un grito resonó en el interior del armario.
Cientos de pequeñas púas se clavaron en sus talones.

Ha sido mucho peor de lo que pensaba, no me atrevo a moverme, temo que se me claven de nuevo.
¿Hasta cuando pensará tenerme aquí encerrado?. Si al menos pusiese moverme un poco, destensar los músculos.

Pero no, lo único que podía hacer es lo que ya he hecho.
La puerta del armario se abrió sobresaltandole.
Debo de haberme quedado un momento traspuesto.

- Estas cómodo?.
- Si mi ama, como desee.
- Veo que no has mantenido tu postura.
- Lo siento mi ama, estaba muy cansado y ya no aguantaba mas, disculpeme por favor, ama.
- No hay problema, levanta tus talones.
- Si mi ama, por favor, ama no me haga.. - Dijo con voz temblorosa.
- Pisala de nuevo, si logras no chillar quizás te deje descansar un rato.
- Si mi ama, lo hago. - Dijo con gesto apesadumbrado.

Consiguió no chillar, no sin esfuerzo, su cara enrojeció y sendas lagrimas rodaron por sus mejillas.

- Levanta de nuevo los talones.
- Por favor mi ama, no me haga repetirlo, por favor. -temblando y casi a punto de echarse a llorar.
Para su sorpresa, retiró la tablilla de púas que había bajo sus pies y la sustituyó por un trapo.
- Baja los talones de nuevo, te escocerá solo un momento. -Dijo mientras una amplia sonrisa se dibujaba en su rostro.
- Si mi ama, como diga.
- Descansa, en un rato vendré a buscarte. - Dijo mientras cerraba la puerta del armario de nuevo, sumiendole en las oscuridad.

lunes, noviembre 16, 2009

LA CASONA - EL ARMARIO


Era un armario muy bien provisto, demasiado.
Nunca hubiese creído que en tan poco espacio como había, pudiese haber tantos accesorios preparados para ponerle cómodo. Sí, estaré realmente cómodo, no me cabe la menor duda.

- Vamos no te quedes ahí parado, entra de una vez.
- Si mi ama, como diga. Pero.. Pero prometame que será por poco tiempo, por favor, mi ama.
- Estarás el tiempo necesario, ni un segundo mas, ni un segundo menos; únicamente lo necesario.
- Si mi ama como desee - Dijo con voz temblorosa.
- Levanta los brazos y ponte de puntillas, será solo un momento y te dejaré descansar un buen rato.
- Por favor mi ama, podría castigarme de otro modo.

Cogió su muñeca y se la esposó fuertemente a una cadena que estaba unida a una argolla del techo, situada en el centro del armario y separada del mismo por otra argolla, a la que unió sendos pesos que traccionaban su muñeca.

Mientras un peso tiraba de su muñeca hacia arriba, el otro tiraba hacia el fondo del armario.
Su otra muñeca corrió idéntica suerte.

- Estoy terminando, deja de temblar o lo pagarás.
- Si mi ama, lo siento mucho ama, trataré de no hacerlo.
- Tienes suerte de que este de buen humor - Dijo mientras le encadenaba los pies de forma que no pudiese moverlos y colocaba bajo sus talones una tablilla provista de abundantes púas.
- Ahora lo mas sencillo, mantén tu postura. No te será demasiado agradable apoyar tus talones sobre la tabla. - Dijo mientras le sonreía y cerraba la puerta del armario.

domingo, noviembre 15, 2009

LA CASONA - LA POSTURA




Aun seguía temblando cuando se le acercó.
¿Enseñarme a comportarme?.
Sea lo que lo que me tenga preparado, será duro.

Aunque en este caso no he hecho nada para merecer el castigo. Como si tuviese que haber una razón, puede castigarme simplemente para educarme, por que me lo haya merecido o por satisfacer uno de sus caprichos, ¿porque no?.

No. no merezco la menor explicación ni mucho menos la menor consideración por su parte.
Cuando firmé el contrato sabía perfectamente, lo que era. Pero no esperaba que empezase con tanta dureza, no es una sesión cualquiera, pero no por ello puedo dejar de preocuparme con lo que me espera.

- Debes aprender que postura debes adoptar en cada momento y en caso de que seas tan estúpido como para no saberlo; que ya veo que sí. Deberías de haberme preguntado, pero no, eso era demasiado esfuerzo para ti.

- Lo siento mi ama, tratare de acordarme la próxima vez. Por favor, no sea muy dura con su castigo. Se que me lo he merecido, pero tenga en cuenta que solo es mi segundo día y que estoy muy nervioso. Ha sido un cambio muy brusco para mí.
- Vamos - Dijo mientras tiraba de la cadenita que aprisionaba sus huevos.
- Si mi ama, como desee.

Para su sorpresa le condujo de vuelta a la cocina. Y una vez allí, no se molestó en explicarle nada, mientras rebuscaba en un cajón y extraía de el unas llaves.
- Ahora descansaras unas horas y quizás otro día recuerdes como debes comportarte.
- Si mi ama, como desee.

Abrió un armario, lo que vió no le gustó. No era un simple armario, sino una exigua celda. Por llamarla de alguna forma; porque debía de ser mas pequeña que una cabina de teléfono.

Le quitó las esposas y las posó en un rincón.
- No las necesitaras en un buen rato. - Dijo mientras en su cara se dibujaba una amplia sonrisa.
- Si mi ama como diga. - Dijo bajando la vista hacia el suelo asustado.

Claro que no las necesitaré, basta ver el armario para saberlo. Un armario muy bien provisto, sin duda tiene lo necesario para hacerme pasar unas horas muy cómodo.

sábado, noviembre 14, 2009

LA CASONA - DULCE SONRISA



Los latigazos se sucedían, a cada nuevo latigazo no podía evitar dar un respingo.
- Gracias mi ama, trataré de hacerlo mejor.
- Ahora vé y traeme algo de beber, y procura no tardar.
- Si mi ama, ahora mismo, lo traeré.

Con los muslos escocidos por los latigazos recibidos se apresuró a hacer lo que le había ordenado.

Apenas habia recorrido la mitad del camino hacia la nevera, cuando notó el primer tirón en sus huevos.
- Me estoy dando prisa, ama, por favor, espere un momento.

Pequeños tirones se sucedían, finalmente llegó a la nevera y la abrió no se sorprendió lo mas mínimo cuando observó que había numerosas latas de Cola, y como no, de bebidas energeticas.

Se vé que precisamente bebidas sanas no debe tomar muchas.
Cogió rapidamente una Cola e intentó ir todo lo deprisa que las esposas le permitían. Los tirones se sucedían y cada tirón era más fuerte que el anterior y de mayor intensidad.

Sí, se está impacientando.
- Aquí tiene su bebida, mi ama. Desea algo más?.
- No, vé a tu rincón, y quedaté allí hasta que te necesite para algo.
- Si,mi ama como deseé.

Ella comenzó a comer el sandwich sin demasiado apetito, y al rato lo posó sobre el sofá y siguió consultando su netbook.

- Acaso no has aprendido nada?. Ponte en tu postura y rapido.
- Si, mi ama. Ahora mismo.
Se apresuró a arrodillarse sobre el suelo, y bajó la cabeza, hasta casi tocar el suelo.
- No, no es esa la postura que deseo, tendré que enseñarte a comportarte.
- Si mi ama como diga.

Ella se levantó casi como accionada por un resorte con una dulce sonrisa y se dirigió hacia él.
El tembló de pies a cabeza, esa sonrisa, está sonriendo. Sea lo que sea lo que me tenga preparado, será duro, seguro.

miércoles, noviembre 11, 2009

LA CASONA - SENCILLO ENCARGO



Ella estaba recostada en el sillón mientras usaba su Netbook sin prestarle la menor atención, parecía estar absorta en el ordenador, sin preocuparse de nada de lo que sucedía a su alrededor.

De pronto sin previo aviso, dió un pequeño tirón a la cadenita que ataba sus huevos, y empezó a tirar de ella.

- Ya voy ama, que desea?. -Dijo mientras se acercaba rapidamente hacia ella.
- Ve a la nevera y traeme algo de comer, se me apetece picar algo, date prisa y trata de no tirarlo por el camino, estamos?.
- Podré ponerme de pie para traerselo, por favor mi ama, sino me veo incapaz de traerlo. Se me caería seguro.
- No, no puedes. Sabrás apañartelas, o serás castigado.
- Si mi ama, lo intentaré.

Andar a cuatro patas sobre la suave moqueta no tenía la menor complicación fuera de intentar no pisar la cadenita con las esposas. Eso sí, una vez en la habitación de al lado, el frío suelo no parecía nada agradable..

Este suelo está helado, marmol?. No, no creo que lo sea, pero bueno tampoco es que entienda mucho de pavimentos. Para el caso parece que estoy sobre hielo, pero que suelo mas puñeteramente frío.

Por suerte cuando la cadena ya estaba un poco tirante vió sobre una mesa un sandwich, y se apresuró a cogerlo.

Lo colocó entre las esposas de sus muñecas tratando de no aplastarlo y a la vez intentando que no se le cayese al suelo al ir a cuatro patas. Tarea de por si complicada, sin necesidad de la cadenita, que obstinadamente se empeñaba en engancharse a cada momento en las esposas de sus tobillos, dandole no pocos tirones.e

Logró tras no pocos esfuerzos depositar el sandwich a su lado, sobre el sillón.
- Y la bebida? Pretendes que me lo tome sin beber?. Se vé que no te fijas en nada. Acercate.

- Si mi ama, como diga.
- Tumbate en el suelo, boca abajo.
- Ahora mismo, mi ama. Perdoneme por favor, no podría traerlo todo a la vez sin ponerme de pie, y sabe que no tenía permiso para hacerlo. No me castigué por favor, trataré de hacerlo mejor.
- Por supuesto, que lo harás mejor, por la cuenta que te tiene acabarás aprendiendo. -Dijo mientras le daba un fuerte latigazo en sus muslos.
- Gracias mi ama.

martes, noviembre 10, 2009

LA CASONA - LA CESTITA



Subió las escaleras no sin ciertos problemas, logró no tropezar, fijandose bien en los escalones, hasta que no estaba seguro de donde terminaba el escalón no movía el otro pie.
De forma lenta pero segura, subió el tramo de escaleras.

- Ya has llegado arriba, puedes caminar normalmente.
- Gracias mi ama.

Tras lo que le parecieron una sucesión interminable de pasillos, puertas que se abrían para vover a cerrarse, y un sinfín de habitaciones, finalmente le mandó detenerse.
- De rodillas.
- Si ama, ahora mismo, ama. -Dijo él, arrodillandose.

Para su sorpresa le quitó el molesto antifaz, tras parpadear varias veces para intentar ver algo.
Se encontró de pronto, en un gran salón, el suelo estaba cubierto por una moqueta granate, de las paredes colgaban cuadros, y algún que otro tapiz.

Un gran sofá de color marfil junto con unos sillones presidía la estancia, en uno de cuyos extremos se veía una gran mesa de madera noble, y unas sillas.

Sobre el sofá, entre los cojines se veía un Netbook, por lo demás parecía una estancia como de otro siglo, el tiempo parecía haberse detenido.

Estaba tan absorto contemplando la habitación, que tuvo que repetirselo para que se enterase.
Ni se había dado cuenta de que ya no tenía las esposas en sus muñecas.

- Me estás escuchando?.
- No, perdoneme mi ama, me he quedado unos segundos traspuesto. Que desea que haga?.
- Decia que vayas a acostarte en tu sitio hasta que te necesite. Ve hacia aquella esquina y quedate allí, en tu cestita.
- Ahora mismo voy, mi ama. - Dijo haciendo ademán de levantarse.
- No, no te he dado permiso para levantarte, verdad?.
- No mi ama, disculpeme, no volverá a ocurrir.
Se dirigió hacia la cestita andando a cuatro patas y con la cabeza gacha, mientras arrastraba la larga cadenita que colgaba entre sus piernas y permanecía atada a sus huevos: Sabiendo que si no la complacía recibiría no pocos tirones.

lunes, noviembre 09, 2009

LA CASONA - A TIENTAS



El ruido de la llave al girar le sobresaltó, no sabía cuanto tiempo había dormido, pero había sido tal y como había supuesto una noche larga e incomoda; en la que se había despertado incontables veces al tratar de cambiar de postura y notar un fuerte tirón en sus articulaciones.

- Que tal has dormido?. Demasiado incomodo, verdad?.
- Como le parezca a mi ama, gracias.
- Necesitas ponerte presentable. - Dijo mientras lo liberaba de las esposas.
- Muchas gracias mi ama, podría decirme de cuanto tiempo dispongo, por favor, mi ama.
- Te daré una hora, trata de no entretenerte y aprovecha para desayunar, yo volveré enseguida.
Se duchó a toda prisa e intentó comer, pero pese a tener hambre, aún tenía el estomago revuelto de la bebida del día anterior.

Al rato se abrió la puerta, el se pusó en su posición y esperó.
- No has comido mucho. Ya sabes que el resto del día salvo que te lo hayas merecido no tomarás nada, verdad?.
-Si mi ama, lo sé. Tengo el estomago un poco revuelto, mañana comeré más, gracias por preocuparse.
- Manos a la espalda.
- Si, mi ama, como desee.

Le esposó ambas muñecas a la espalda, y le pusó su collar bien ajustado.
- De pie.
- Si, mi ama como desee.

Le ató sus huevos con una larga cadenita, aún más finita que la que había usado el día anterior para azotarle.
Y le esposó ambos tobillos, poniendole el antifaz que tan bien conocía.

- Bien, hoy la sesión será un poco diferente, espero que sepas estar a la altura o serás castigado.
- Si mi ama, lo estaré.
- Ahora saldremos y subirás las escaleras de ayer, y me acompañarás, sube despacio y trata de fijarte en lo que haces.
- Si mi ama, como desee.
Otra vez las malditas escaleras, no podía haber elegido otra habitación, no..

Una casa enorme y elige para alojarme el sotano.. Claro no podía ser de otro modo, donde iba a estar sino..

Odio las malditas escaleras.. Si por lo menos pudiese ver donde piso, pero no.. Ni siquiera eso.

domingo, noviembre 08, 2009

LA CASONA - LA 1ª NOCHE



La noche seria larga, estaba seguro.
Ha empezado mas fuerte de lo que pensaba. Se que le gustan las sesiones largas, y como no, intensas; pero no esperaba un comienzo tan abrupto.

Hacia días que no probaba las ahujas, y menos tan concentradas en una zona, si esta es la primera sesión, me muero de ganas de saber como serán las siguientes; si solo son la mitad de duras que esta tendré que hacer esfuerzos para tratar de estar a la altura.

Por lo menos no me ha puesto muy cómodo para dormir. Es una postura muy relajada, aunque estoy nervioso al pensar que mañana tendré sesión de nuevo.

Estaré cansadisimo, es difícil aguantar dos sesiones seguidas, pero tendré que intentarlo, tratare de estar a la altura.

Si por lo menos tuviese una mano libre, odio las malditas esposas, me recuerdan que haga lo que haga no podré moverme. Un buen bondage es severo pero, pero siempre se puede intentar e incluso conseguir algo de movimiento. Así es imposible, no puedo hacer nada que no sea intentar dormir.

Dormir?. Hacia días que no dormía comodo, y menos tras una sesión.
Ahora se me apetece hacer casi cualquier cosa salvo dormir. Me esperan al menos 6, 8 o puede que mas horas sin poder moverme, ni mucho menos cambiar de postura.

Y luego está mi estomago, hace horas desde que comí. Dificil dormirme teniendo hambre.
Un momento, aquello es... Sí, lo es.

Ha instalado una webcam. Aunque a decir verdad, desconozco si me está observando o simplemente grabando, o puede que incluso emitiendo cada uno de mis movimientos, inclusive la sesión entera..

Espero que no, no me haría nada de gracia ver mi sesión colgada en la red.
Seguro que no, en tal caso me lo habría dicho, otro motivo más para preocuparme y para no dormir, justo lo que me faltaba ahora.
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